Atardecer en Valdelagrana |
Hablando de recuerdos... A veces hago un gran esfuerzo por poner en pie mis primeras vivencias pero sólo consigo algunos retazos. Mi madre aparece en la mayoría. Uno de los más nítidos es un patio interior, blanco y una mecedora. A mi alrededor macetas de helechos, geranios, gitanillas. El suelo de baldosas amarillas. Al fondo una puerta sin puerta, con una cortinilla. Arriba, en la pared compartida con mi vecina Catalina, un presentimiento de aparición. Lloro sin consuelo ni motivo, un llanto perreoso de niña infeliz, quizás asustada... en una continua búsqueda.
Unos brazos me acunan y un canturreo me hace entrar en el sueño, que no es tal porque mis sentidos están despiertos, atentos a amenazas. Los caniculares, la noche o la Mano Negra vendrá y te llevará... "Vete Mano Negra, que mi niña es buena". Sin embargo, el desconsuelo sigue. No sé bien por qué, todavía a veces lo siento más de 40 años después. Nada me ha librado de él; a veces está más distraído y otras más lleno, pero siempre está. Será una característica de mi alma.
Hoy la palabra será retazos, es de lo que está hecha la vida. Cómo si no recordarla.
1 comentario:
Gracias.
Toda nuestra vida la forman los recuerdos, lo bueno es selecionar
aquellos que nos hallan sido gratos y continuar viviendo, dejando
en cajon vajo llave los que nos cusen miedo o dolor.
Se consigue queriendonos y tratando de ser feliz.
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