El paso del tiempo

martes, 11 de enero de 2011

Vide Cor Meum


Con la música me pasa como con los olores: cuando la siento no sé nunca hasta donde me van a llevar mis sensaciones. El pensamiento se vuelve liviano y en segundos me transporta a otro lugar del pasado que fue o que pudo ser. Las emociones se muestran tan a flor de piel que el dolor físico se hace insoportable y el ahogo crece hasta alcanzar el llanto. También puede que sólo salga de este cúmulo de sensaciones un atisbo de sonrisa, al final y solo al final del pensamiento.

Entonces me cuesta dormir. La melodía suena al fondo, insiste en seguir con el desasosiego, viajando por mi mente.Tengo que hacer verdaderos esfuerzos para que caiga en el olvido. Estoy segura de que si no es así, dejará de ser especial . Solo la desbanca la imaginación que ya acude en mi ayuda mostrándome lo que pudo ser, cómo debería haber sido. Es quizás arrepentimiento, la desdicha heredada, la sombra del paso del tiempo. Aunque de la sensación de tristeza, no lo es, al menos del todo. Es como una especie de añoranza rodeada de la ponzoña del sueño.